Para Morin la tecnología se encuentra muy estrechamente relacionado con la acción, pero a su vez presupone una cierta desorganización que reinserta al sujeto y al objeto en la globalidad a la que pertenecen. Sus distintas formas de captar la realidad son multidimensionales, por lo que se requiere una estrategia de pensamiento no reductiva, sino reflexiva. Esto a su vez implica, hablar de entornos abiertos, en donde se aceptan y conviven el caos y el orden como vinculo que une al sujeto y el objeto. Por tanto, la innovación tecnológica en educación se debe enfocar en “enseñar a pensar”, lo que se traduce en enseñar un conocimiento que sea capaz de criticar el propio conocimiento. En este contexto, la educación no puede separarse de los avance en materia de acceso a la información y a las comunicaciones, que se han convertido en un enlace cada vez más necesario, útil, rápido, económico y flexible del hábito en el individuo. En un mundo con una visión compleja y convulsionada que vi
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